Hay vida allá afuera.
De eso estoy segura. Pero no me refiero a la clase de vida alla afuera que andan buscando los geek con camisetas de "quiero creer" y cabezas llenas de hombrecillos verdes que seguramente vienen en paz.
Me refiero a la gente que aun cuyo concepto de entretención no implica horas y horas de matar monos y avanzar al siguiente nivel de un juego en el pc. O ver alguna serie por streaming en internet. O sea yo, damn it!.
Cualquiera que no sea yo.
Se que las personas que se quejan son irritantes. Y en este momento me irrito sola.
La razón de este huracán de quejas, es que estoy estudiando. O debería al menos. Considerémoslo un break para hacer patente mi descontento frente al mundo. Como decía, estoy estudiando. A las 4’fucking’ 30 de la mañana. Operaciones unitarias (go figure!), el ramo que seguramente será mi fin a este paso. Durmiendo a razón de 3 horas diarias por una semana…nadie puede! (gallaaa!!!)
Retomando, estoy estudiando O. U. (la línea de pensamiento tiende a arrancársele a uno a esta hora) de un jueves en la noche. Y aunque la calle este intransitable por reparaciones interminables, eso no influye en que aun transiten por ella la gente que vuelve a casa luego de algún jolgorio bien regado.
Uno de estos entes, una de tantas party girl sale de su anonimato noctambulo al caerse estrepitosamente frente a mi cerco, producto, seguramente, de litro y litros de bebestible ( a esta hora también se tiende a exagerar) y unos tacos muy mal llevados. Sus amigas se rien, mi perro ladra. La victima del aterrizaje forzoso se levanta, se sacude mientras le grita unos malsonantes epítetos a sus amiguitas, y siguen su camino. Se acabo el show, de vuelta a mi maravilloso estudio.
Hay vida allá afuera. Y es decadente en su gloriosa borrachera.
(dijo la picá)